jueves, 15 de noviembre de 2012

Capítulo 45.. un mar de paz

Dejo que el miedo me invada, que recorra cada milímetro de mi piel, acelerando mi corazón, entrecortando mi respiración y por un momento, mis ojos se vuelven ciegos. Mi cerebro decide no hacerme caso, mis oidos no escuchan, solo oyen ruidos molestos, mi boca enmudece y mi alma pide soledad a gritos. El mundo me agobia y me ahoga, busco la oscuridad de todo, incluso donde no hay. Todo me parece insignificante, un sinsentido que decide habitar mi mente. Puede durar décimas de segundo o eternidades, según lo que tardes en aparecer. De repente, todo se calma, como si un mar de paz bañara todo mi ser, devolviéndole a mi vida la claridad que no encontraba. Mientras sostengo tu mano, el miedo se hace cada vez más pequeño y me olvido que por un momento temí perderte, porque me abres los ojos para ver la importancia del presente, del hoy, del ahora. Que el pasado, es solo eso, pasado, y el futuro aún está por llegar. Tú tienes ese efecto en mí.

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