jueves, 23 de febrero de 2012

lunes, 20 de febrero de 2012

Capítulo 27.. perder

Perder... que palabra más injusta. Sería imposible numerar las veces que he perdido, pero si podría contar con los dedos de una mano las veces que me ha dolido perder, pero doler de verdad, de esas que parece como que te arrancan el corazón y es imposible respirar, en las que las lágrimas hacen el resto. Sin razones, sin excusas, pierdes y ya está, el resto no importa. Sientes tu vida tambalearse mirando a un precipicio que parece estar hecho para tí, sin escaleras, sin luz, solo tú. En esa soledad te das cuenta que posiblemente pierda más quien te pierde a tí y de repente ves una mano desde arriba del precipicio, la mano de alguien que intenta no perderte. Te agarras con fuerza y sigues luchando porque para no perder hay que intentar ganar día si y día también.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Capítulo 26.. respirar profundo

Cerrar los ojos, respirar profundo. Me gusta pensar que al abrirlos las cosas van a ser diferentes, como cuando tienes miedo y te tapas los oidos escondida bajo unas sábanas y piensas que ahí nada te puede hacer daño y parece que se cumple. Lo malo de mi teoría es que al abrir los ojos nada ha cambiado y tienes dos opciones, enfrentarte a los problemas para bien o para mal o hacer como si no ha pasado nada. Para mi las dos opciones dan una solución, perdonar pero no olvidar, porque al final es lo que hacemos. Lo que parece que hoy está arreglado puede estallarte en la cara meses después. Entonces.. ¿realmente perdonamos? Hay cosas a las que no dejas de darle vueltas por muchas razones lógicas que te den, porque cuando algo te duele demasiado no es por un ¿qué paso? o ¿por qué? sino.. no me esperaba esto de tí. No importa lo que te hagan sino quien te lo haga